Pero este diapasón no se
utiliza en música, porque en realidad se trata de un diagrama de clasificación
de las galaxias de acuerdo a su morfología, es decir, a su apariencia. Fue el
primero en su tipo, y por la forma en que resultó, se asemeja muchísimo a un
diapasón, de allí el nombre.
Ocurría que antes de los años 20 del siglo pasado, nadie sabía que algunas de las nebulosas más llamativas en el cielo nocturno eran universos de estrellas por derecho propio, que ahora conocemos como galaxias. Tampoco es que los astrónomos dispusieran de telescopios apropiados para darse cuenta, nada de eso.
Para mediados del siglo XIX los astrónomos sí habían advertido la bella forma de espiral de algunas nebulosas con el telescopio de Lord Rosse, el más grande de su época. Así que hubo que esperar por dos cosas que llegaron con el advenimiento del siglo XX: la primera fue la construcción de un nuevo telescopio más poderoso, el de Mount Wilson y la segunda mejorar las técnicas fotográficas.
Edwin Hubble tuvo acceso a estos avances, y en cuanto la comunidad científica acordó que tales nebulosas eran universos repletos de estrellas, es decir, galaxias, y que la Vía Láctea solo era una de muchas, Hubble realizó en 1926 la clasificación que aparece en la imagen de arriba
Las galaxias quedaron clasificadas en cuatro grandes grupos:
Como es costumbre entre los científicos, Hubble trató de encontrar algún patrón en la forma de las galaxias que explicase de alguna manera su evolución. Por eso propuso la hipótesis de que las galaxias en sus inicios eran más esféricas, y que luego, a medida que maduraban, desarrollaban los brazos espirales, mismos que finalmente perdían.
Ocurría que antes de los años 20 del siglo pasado, nadie sabía que algunas de las nebulosas más llamativas en el cielo nocturno eran universos de estrellas por derecho propio, que ahora conocemos como galaxias. Tampoco es que los astrónomos dispusieran de telescopios apropiados para darse cuenta, nada de eso.
Figura 1. El diapasón de Hubble es un esquema morfológico de las galaxias creado por el astrónomo Edwin Hubble, por quien el famoso telescopio espacial tomó su nombre. Fuente: Wikimedia Commons. |
Para mediados del siglo XIX los astrónomos sí habían advertido la bella forma de espiral de algunas nebulosas con el telescopio de Lord Rosse, el más grande de su época. Así que hubo que esperar por dos cosas que llegaron con el advenimiento del siglo XX: la primera fue la construcción de un nuevo telescopio más poderoso, el de Mount Wilson y la segunda mejorar las técnicas fotográficas.
Edwin Hubble tuvo acceso a estos avances, y en cuanto la comunidad científica acordó que tales nebulosas eran universos repletos de estrellas, es decir, galaxias, y que la Vía Láctea solo era una de muchas, Hubble realizó en 1926 la clasificación que aparece en la imagen de arriba
- Elípticas, están a la izquierda del diagrama, simbolizadas naturalmente con la letra E y un número. Cuanto más pequeño es el número, más esférica es la galaxia y a medida que el número aumenta, la galaxia es más aplanada. Las galaxias elípticas vienen en variedad de tamaños y las más grandes son tan, pero tan enormes, que es difícil hacerse una idea de sus verdaderas dimensiones.
- Lenticulares, constituyen una suerte de transición entre las galaxias elípticas y las espirales, están en el centro de diagrama y se las llama S0.
- Espirales, tienen llamativos brazos en espiral de diversas formas y están denotadas con la letra S, por spiral en inglés. La Vía Láctea y Andrómeda pertenecen a este grupo.
- Irregulares, cuya forma podría decirse a primera vista que es más desordenada. Estas galaxias no aparecen en el esquema básico del diapasón, pero nuestras vecinas más chicas, las Nubes de Magallanes, son buenos ejemplos galaxias con forma irregular.
Como es costumbre entre los científicos, Hubble trató de encontrar algún patrón en la forma de las galaxias que explicase de alguna manera su evolución. Por eso propuso la hipótesis de que las galaxias en sus inicios eran más esféricas, y que luego, a medida que maduraban, desarrollaban los brazos espirales, mismos que finalmente perdían.
Fotografía de Edwin Hubble, tomada hacia 1931. Fuente: Wikipedia. |
De esta manera, las galaxias irregulares serían una suerte de final en la evolución galáctica, ya que con el tiempo, todas tenderían a adoptar esta forma.
Con el tiempo se ha demostrado que esto no es así porque, de hecho, hay galaxias elípticas colosales que, según los astrónomos, son el resultado de la fusión entre galaxias, tanto elípticas como de otras formas.
Y, por otro lado, las galaxias elípticas no son jóvenes, si se mide su juventud por el tipo de estrellas que las componen. Se sabe que apenas poseen polvo y gas, la materia que da origen a estrellas nuevas, mientras que las galaxias espirales, como la nuestra o su gemela Andrómeda, sí poseen abundancia de polvo y gas que dan lugar a regiones con formación estelar activa.
Si bien es cierto que las galaxias más numerosas hasta el momento han demostrado ser las espirales, muchos astrónomos creen que esto se debe a que son mucho más luminosas, y por ello más fáciles de detectar.
En lo que sí están de acuerdo los expertos, es que las galaxias elípticas, sobre todo las variedades más pequeñas, son el tipo de galaxia más abundante en el universo, pero su poca luminosidad impide que sean detectadas con facilidad.
A pesar de que la evolución de las galaxias aún encierra muchísimos misterios, el legado de Hubble y su famoso diapasón aún perdura, porque esta clasificación, con modificaciones, todavía se sigue utilizando al denominar a las galaxias, casi cien años después de su creación.
Figura 3. Nueva clasificación de las galaxias que incluye nuevas tipologías, como las galaxias compactas, las enanas y las peculiares (abajo). Fuente: Wikimedia Commons. |
Así, el esquema original de Hubble se ha refinado con el tiempo, los nuevos conocimientos y los aportes de diversos astrónomos, como el que propuso Gerard de Vancouleurs (1918-1995) a fines de los años 50.
Vancouleurs añadió más subcategorías a las descritas por Hubble, sobre todo para las galaxias espirales, donde hay mucha variedad, ya que pueden presentar o no barras y tener brazos espirales más o menos apretados o desenrollados. Para ello se incluyeron más letras y números en la notación de las nuevas categorías, eso sí, manteniendo intacta la idea original de Hubble.
Por F. Zapata
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