martes, 11 de agosto de 2020

La constelación de Orión: ¿Por qué es tan fascinante?

Por F. Zapata

La constelación de Orión es tal vez la constelación más conocida e inconfundible, porque alberga varias de las estrellas más brillantes del firmamento nocturno y además algunos de los objetos más llamativos que podemos apreciar desde nuestra ubicación en la Vía Láctea.


Precisamente el sistema solar se ubica en  el llamado Brazo de Orión de la galaxia.

Orión luce en el cielo como un gran rectángulo en cuyas esquinas hay estrellas de gran magnitud y diferente color. En el centro y formando una diagonal, hay otras tres brillantes estrellas, que apuntan a su vez hacia Sirio, la más brillante de la noche, en la constelación del Can Mayor. 

Constelación de Orión
Figura 1. La constelación de Orión el cazador. Fuente: Pixabay.


Esto hace  del cuadrilátero de Orión una de las constelaciones más grandes de nuestros cielos. Por su ubicación, es visible desde ambos hemisferios casi todo el año, a diferentes horas por supuesto, pero es durante el invierno boreal, o verano austral, que más se disfruta su vista.

A lo largo del año, Orión comienza a verse por el este, poco antes del amanecer desde el mes de julio, hasta que en primavera boreal y otoño austral se le ve ponerse por el oeste al anochecer.

¿De dónde vienen las constelaciones? 


Al mirar al cielo, la imaginación de las personas les hizo ver en esos puntos brillantes, figuras que vincularon a su propia existencia, en forma de leyendas y mitos. Este es el origen de la Astronomía, una de las ciencias más antiguas, si no la que más.

Esas figuras eran diferentes, según la cultura de cada pueblo. Así Orión, cuyo nombre proviene de la riqueza mitológica de la Grecia antigua, era el gigante Al Jabbar para los habitantes del  cercano oriente y el Tigre Blanco para los chinos. 

Los antiguos griegos nos legaron muchos de los nombres con los que seguimos llamando a las constelaciones hoy en día. Y aunque hoy sabemos que la mayor parte de las veces las estrellas no están relacionadas, las constelaciones nos ayudan a ubicar las estrellas y los objetos más llamativos del cielo. 

Por eso para la navegación, las constelaciones siguen vigentes como una manera de orientarse en el océano abierto.

Los antiguos pueblos de Mesopotamia, Babilonia, Egipto y Grecia identificaron 88 constelaciones. Roma difundió este conocimiento a todos los lugares bajo su dominio y de allí quedó como legado del mundo occidental. 

El mito griego de Orión


La constelación de Orión debe su nombre a un poderoso cazador mitológico con mucha confianza en sí mismo. Hay muchas leyendas alrededor de esta figura, por ejemplo se dice que el cazador Orión era tan grande, que podía caminar sin problema por el fondo del mar con la cabeza y los hombros sobresaliendo por encima del agua.

En una versión del mito, la arrogancia de Orión, quien afirmaba que no había fiera a la que no pudiera derrotar, hizo que los dioses decidieran enviar un escorpión para que picara a Orión y acabase con él. 

Figura 2. Orión se enfrenta al Toro por las Pléyades. Fuente: Max Pixel.


Sin embargo Artemisa, la diosa griega de la caza, de quien Orión era compañero, se apiadó de este y le pidió a Zeus que lo pusiera entre las estrellas lejos del escorpión. Por eso cuando Orión asoma por el Este, Escorpio, otra hermosa constelación, se oculta por el oeste y viceversa, para que de esta manera no se puedan siquiera ver.

Las leyendas acerca de Orión son fascinantes, pero como siempre, la realidad supera a la ficción. Además de su belleza, Orión interesa a los astrónomos porque allí existe un núcleo de intensa formación estelar, es decir, hay estrellas naciendo justo ahora, como las de tipo T-Tauri. Y también hay estrellas como Betelgeuse, transitando en las etapas finales de su vida.

Se pueden observar asimismo estrellas variables, estrellas de carbono, aún más ancianas y estrellas enanas de varios colores. Algunas de las estrellas jóvenes (se cree que un 50% de ellas) aún están rodeadas de discos de gas y polvo que podrían dar lugar a sistemas planetarios en el futuro. Orión contiene estrellas en todas las etapas estelares.

Los objetos más impresionantes de la constelación de Orión

Vale la pena contemplar la constelación de Orión, no solamente a simple vista, puesto que se disfruta mucho más con binoculares y telescopios, aún si son de los más pequeños. 

Cualquier amante del cielo seguramente quedará satisfecho con la vista impresionante de la nebulosa de Orión y los distintos colores de las estrellas. Estos dependen de la temperatura de las mismas y en Orión son fáciles de ver las estrellas más calientes, de color blanco y azul.

He aquí algunos de los objetos más increíbles que alberga Orión:

La nebulosa de Orión

Conocida como M42 en el catálogo de Messier, es visible a simple vista en la espada del cazador, como una tenue nube con tinte rosa. Forma parte de un objeto de mayor tamaño y más oscuro, llamado la Nube Molecular de Orión.

La nebulosa de Orión está repleta de objetos estelares jóvenes, que es la forma en cómo los astrónomos llaman a las estrellas en formación, y también de estrellas ya formadas de gran temperatura y color blanco azulado.

Figura 3. La nebulosa de Orión. Fuente: Pixabay.


Son estrellas que corresponden a los tipos espectrales O y B. Los tipos espectrales son categorías para clasificar a las estrellas en función de su temperatura, siendo O y B las más calientes. Este es el sistema de clasificación de Morgan-Keenan.

Para tener una idea, nuestro Sol es de tipo espectral G, una estrella más pequeña y fría que las que componen a la nebulosa.

Las estrellas O y B de la nebulosa de Orión forman asociaciones temporales, que con el tiempo se disuelven.

Rigel

De color blanco azulado, es la estrella más brillante de la constelación de Orión, también llamada β-Orionis. Se ubica en el pie del cazador y en realidad no es una sola estrella, sino un sistema estelar.

Betelgeuse

Aunque no es la estrella más brillante de Orión, los ojos de todo el mundo están puestos en esta espectacular supergigante roja variable en el hombro del cazador.

Se encuentra a unos 640 años luz de distancia y su pérdida de brillo hace pensar que podría convertirse en una supernova en cualquier momento, ya que Betelgeuse se encuentra en las etapas finales de su evolución.

El cinturón de Orión

Se trata de un asterismo, es decir, un patrón visual que los observadores terrestres identifican fácilmente. Popularmente se las conoce como las Tres Marías en algunos lugares. 

Está compuesto de tres estrellas muy calientes, de color blanco azulado: Alnilam, Alnitak y Mintaka, cuya edad se estima en 8 millones de años.

Figura 4. Las estrellas del cinturón de Orión, conocidas popularmente como las tres Marías. Fuente: Wikimedia Commons.


La nebulosa Cabeza de Caballo


Pertenece, al igual que la nebulosa de Orión, a la Nube Molecular de Orión, pero en vez de ser brillante, se trata de una región oscura y fría que se destaca contra un fondo luminoso. La silueta que se forma se asemeja vagamente a la de la cabeza de un caballo.

Figura 5. La nebulosa Cabeza de Caballo. Fuente: PxFuel.

Las estrellas del Trapecio


Son cuatro estrellas visibles con telescopio pequeño en el centro de la nebulosa de Orión, de apenas unos 2 millones de años de edad. Se las denota como Θ-Orionis, que es otra forma de nomenclatura estelar. A muchas estrellas se las llama con una letra griega precediendo la constelación a la que pertenecen. 

Galileo logró ver tres de ellas con su telescopio primitivo en 1610, pero en realidad hay unas 2000 estrellas jóvenes, formando un conglomerado estelar de 10 años luz de diámetro, del tipo llamado cúmulo abierto.

Figura 6. Las estrellas del Trapecio, algunas de las cuales resultan ser sistemas dobles, muy comunes en la Vía Láctea. Fuente: Wikimedia Commons.


Las Oriónidas


Las Oriónidas son estrellas fugaces que se presentan en forma de lluvia, aunque nada tienen que ver con las estrellas mencionadas aquí. En realidad, las Oriónidas son los restos que deja el cometa Halley cuando llega de visita a la Tierra. Cuando esta intercepta la órbita del Halley, se topa con los escombros.

Las Oriónidas se presentan a comienzos de octubre y duran hasta principios de noviembre, cuando muchos de los fragmentos logran ingresar a la atmósfera, se calientan a causa del roce, por lo que emiten un breve destello luminoso.

La nebulosa de la Flama


Se trata de otra nebulosa, que brilla como si tuviese una llama anaranjada en su interior, de allí el nombre. Se encuentra cerca de Alnitak, una de las tres estrellas del cinturón. En su interior contiene estrellas jóvenes y muy calientes, de color blanco azulado.

Figura 7. La nebulosa de la Flama. Fuente: Wikimedia Commons.


Glóbulos de Bok


Son regiones de pequeño tamaño (comparativamente) de cerca de 1 año luz de diámetro, que se encuentran en las inmediaciones de las estrellas en formación. En ellas abundan gases como hidrógeno molecular, helio y otros compuestos en menores proporciones.

Se trata de objetos muy fríos, pero los astrónomos creen que en su interior se dan las condiciones necesarias para que se produzca el colapso gravitatorio que da origen a n uevas estrellas.

El destino de Orión

Nuestros antepasados homínidos sin duda vieron a Orión tal como nosotros la vemos hoy en día, aunque algunas de las estrellas del Trapecio estaban naciendo aún.

Sin embargo, las estrellas que conforman la constelación se dispersarán o incluso habrán desaparecido en el transcurso del tiempo, ya que estos patrones visuales son relativamente efímeros desde el punto de vista del tiempo astronómico. Por suerte tardará mucho en desaparecer, así que podremos seguir disfrutando de esta impresionante vista cada noche, por el resto de nuestras vidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario