jueves, 12 de enero de 2023

Sorprendentes preguntas y respuestas sobre el Sistema Solar

En los últimos años, nuestro conocimiento del Sistema Solar ha avanzado enormemente, al mismo tiempo que han surgido nuevas incógnitas acerca de este lugar que creemos conocer tan bien. Esto se debe al aporte de sondas interplanetarias y telescopios espaciales.

¿Qué tan bien conoces nuestro maravilloso vecindario? Compruébalo a través de estas 10 interesantes preguntas, cuyas respuestas te dejarán con ganas de saber más


1.- ¿A qué se debe que la Luna siempre muestre la misma cara a la Tierra?

La Luna posee un movimiento de rotación alrededor de su eje, así como un movimiento de traslación alrededor de la Tierra, y ambos tienen la misma duración: 27 días y un tercio. Como resultado, la Luna siempre muestra a la Tierra la misma cara. 

La Luna, el único satélite natural de la Tierra, siempre nos muestra la misma cara. Fuente: PxHere.


2.- ¿Mantiene siempre la Tierra su misma velocidad a lo largo de su órbita alrededor del Sol?

No. Puesto que la órbita de la Tierra y los demás planetas es elíptica, cada año pasa por un punto que es el más cercano al Sol, llamado perihelio, y es en este punto que alcanza su velocidad máxima de 30.75 km/h, mientras que cuando pasa por el punto más lejano, o afelio, su velocidad es mínima y equivale a 29.8 km/s.

3.- ¿Qué hay entre las órbitas de Marte y Júpiter? 

Entre las órbitas de Marte y Júpiter está el Cinturón de Asteroides, que consiste en cientos de miles de objetos catalogados, en su mayoría asteroides, así como los planetas enanos Ceres y Vesta, y otros muchos objetos sin nombre, que posiblemente superen el millón.  Además, contiene mucho polvo cósmico flotando disperso, cuyo débil resplandor se aprecia desde la Tierra en la llamada ‘luz zodiacal’, una banda luminosa a lo largo de la eclíptica.

Los principales componentes del Sistema Solar, mostrando al Cinturón de Asteroides que separa los planetas interiores rocosos, de tipo terrestre, de los planetas exteriores o gigantes gaseosos. Fuente: Wikimedia Commons.


4.- ¿Existe una manera de predecir las órbitas de los planetas?

 Sí, a través de la ley de Titius - Bode, pero con algunas limitaciones. Es una regla matemática empírica para calcular la distancia ‘a’ de un planeta al Sol, en unidades astronómicas. Hay diversas formulaciones para ella, siendo la original:

Donde n = 0, 3, 6, 12, 24, 48, …

Veamos un ejemplo sencillo para ver cómo funciona. El caso más simple es elegir n = 0, de tal manera que a = 4/10 = 0.4 unidades astronómicas. Esto equivale a 5.984 x 107 km, que sería la distancia entre el Sol y el planeta más cercano, Mercurio.

Si comparamos este resultado con la distancia media según la NASA, que es 5.791 x 107 km, se ve que el resultado predicho por la ley coincide bastante bien, sin embargo, la regla solo se cumple hasta Urano, mientras que Neptuno, por ejemplo, no la obedece.

Hasta ahora no se ha encontrado una explicación física a esta regla, aunque los científicos han tratado de refinarla para hacerla más exacta. Además, predice la existencia de un planeta en el cinturón de asteroides que se encuentra entre Marte y Júpiter, el cual nunca fue encontrado pese a los esfuerzos. Algunos astrónomos llegaron a creer que el cinturón podía ser los restos de este planeta, sin embargo, actualmente no se cree que esta sea la explicación correcta.

Sin embargo, como la ley predice acertadamente las órbitas de los principales objetos del Sistema Solar, no deja de fascinar a muchos astrónomos, quienes insisten en comprobar su eficacia con los nuevos sistemas planetarios recién descubiertos durante las últimas décadas.  

5.- ¿Tienen todos los objetos del Sistema Solar la misma edad?

Sí. Los componentes principales del Sistema Solar, que incluyen al Sol, los planetas mayores, los planetas enanos, asteroides, cometas y demás cuerpos menores, se formaron hace unos 4.500 millones de años, partiendo de la misma gran nube molecular que colapsó bajo los efectos de la gravedad. 

No obstante, algunos científicos suponen que el objeto Oumuamua, descubierto en 2017, en realidad proviene de otro sistema estelar y fue capturado por el Sol. Esta hipótesis se debe a que su órbita es muy particular. De ser así, probablemente no tendría la misma edad que los demás componentes.



6.- ¿Es cierto que Mercurio se está encogiendo?

Sí, aunque desde luego lo hace a escala geológica, lo cual para nosotros quiere decir ‘muy lentamente’. De hecho, ha ido disminuyendo su radio en unos siete kilómetros durante los últimos 4000 millones de años, algo que los científicos han podido deducir al estudiar la superficie del planeta.


El consenso general hasta ahora es que el relieve observado se debe a que el planeta ha venido enfriándose paulatinamente desde su formación, y lo ha hecho mucho más velozmente que el resto de los planetas rocosos, como la Tierra, Marte y Venus. Es bien conocido el fenómeno físico de la dilatación térmica, según el cual, la mayor parte de las sustancias aumentan su volumen al calentarse, y se encogen cuando se enfrían.


Pues bien, esto es lo que ha estado sucediendo con Mercurio desde su formación, que es exactamente lo mismo que pasaría con cualquier otro objeto que se esté enfriando. Solo que, en el caso de Mercurio, su enfriamiento acelerado ha hecho más notorio el efecto, produciendo innumerables arrugas y plegamientos en su superficie.

7.- ¿Cuál es el origen de los anillos de Saturno?

Hace unos 100 millones de años atrás, una de las muchas lunas heladas de Saturno fue capturada por la poderosa gravedad del planeta gigante y, al estrellarse contra la superficie, se rompió en millones de fragmentos que siguieron orbitando alrededor de Saturno, formando los anillos que hoy día podemos admirar.

Es difícil imaginar a Saturno sin sus anillos, pero los astrónomos creen que no son estructuras perdurables y que, por lo tanto, se desvanecerán en algún momento, aunque, por fortuna, no será muy pronto.


Saturno, el segundo planeta más grande del Sistema Solar, mostrando sus anillos y una aurora polar. Fuente: PxHere.


8.- ¿Cuál es el volcán más grande que se conoce en el Sistema Solar?

Es el Monte Olimpo, en Marte. Además, es la montaña más alta hasta ahora encontrada en el Sistema Solar y su tamaño supera ampliamente a cualquier volcán o montaña terrestre, elevándose a 22.5 kilómetros de altura sobre la meseta de Tharsis. 

A modo de comparación, basta con decir que el Everest se eleva ‘apenas' a 8.85 km sobre el nivel del mar, es decir, poco menos de la mitad que el Monte Olimpo.

El Monte Olimpo, sobre la planicie de Tharsis en Marte, tiene 624 km de diámetro. Misión Hope. Fuente: Andrea Luck a través de Flickr.


9.- ¿Podría aterrizar una nave espacial en Júpiter?

No es probable (ni recomendable), ya que Júpiter, siendo un gigante gaseoso (mayormente hidrógeno y helio), carece de superficie sólida. Por lo tanto, una nave espacial no tendría dónde aterrizar, y tampoco podría acercarse sin sufrir daño, porque la poderosa gravedad del planeta la aplastaría, sin contar con las presiones y las temperaturas extremas en su interior, suponiendo que llegara a hundirse en el planeta hasta toparse con su núcleo.

10.- ¿Por qué la Luna y otros cuerpos del sistema solar carecen de atmósfera y en cambio otros como la Tierra sí la tienen?

Los objetos del Sistema Solar siempre poseen atmósfera, entendiendo como tal a la capa gaseosa que los rodea. Sin embargo, en algunos casos es tan tenue que en la práctica es inexistente.


La presencia de una atmósfera significativa depende de varios factores. El primero es la gravedad: los cuerpos celestes con menor gravedad no son capaces de retener las partículas.


Capa de nubes en la atmósfera terrestre. Fuente: Wikimedia Commons.


Luego está la exposición al viento solar, un flujo constante de partículas emitidas por el Sol. Cuando este flujo choca con las moléculas de la atmósfera, puede otorgarles la energía suficiente para escapar al espacio, sin que la gravedad pueda evitarlo. 


Finalmente, está el campo magnético del objeto en cuestión. Como sabemos, las partículas cargadas en movimiento pueden responder a un campo magnético, el cual puede dispersar las partículas del viento solar y proteger la atmósfera del planeta. 


Estos tres factores, combinados, son fundamentales para mantener los gases atmosféricos, ya que sin ellos, las partículas se dispersarían y la superficie quedaría expuesta a la inclemente radiación del Sol, como sucede por ejemplo con la Luna y Mercurio.


Por F. Zapata


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